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El 2 de enero de 1981 y jugando los Leones de Ponce contra los Cangrejeros de Santurce en el estadio Paquito Montaner, Rickey Henderson rompió la marca de bases robadas en una temporada de la entonces Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico cuando se estafó dos almohadillas que fueron sus números 41 y 42, para dejar atrás el viejo récord que era de 41. Ya la marca cuenta con 39 años. Ponce ganó el juego 11-4.
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